Capitulo 1 "Prologo"
En una lejana tierra hundida en penumbras se distingue un viejo y deteriorado palacio de aspecto rustico de la edad media, recorriendo por largos y extensos jardines de rosas hasta llegar a una vieja y casi podrida puerta de madera cuya entrada da al gran y extenso recibidor de color oro, pasando hasta un largo y fino pasillo en cual cuyas paredes hay grabados en plata a todo lo largo con grandes y lujosos adornos en cerámica, Llegando a la sala del trono rodeada dos largos pasillos a los lados y por un enorme ventanal al frente. En el trono una persona de edad avanzada con la mirada perdida hacia el horizonte murmura y parado frente a el un joven hombre de largo cabello negro solo escuchando.
- He tenido una visión - Dice en tono serio el hombre más viejo
- ¿De que a tratado, padre? - Pregunta el joven frente a el
- De un héroe - Hace una pausa y dirige su mirada a su hijo - mejor dicho a nuestro salvador
- ¿Pero como? - Exclama sorprendido
- Yo dejare el trono muy pronto y tu subirás a el por tu derecho - Hace una pausa y toma aire - Tendrás tres herederos, y el mas pequeño con características diferentes a los demás o eso soñé
- No entiendo, no entiendo lo que dices - Exclama el joven
- hum, uff - Suspira - Solo ten en cuenta lo siguiente hijo mío - Exclama el rey mirando fijamente a los ojos
- ¿Que sucede, padre? - Dice el joven
- Si uno de tus hijos no nace con ojos de raro color - Toma un poco de aire - Busca al único niño en reino que si los posea - Termina por decir
- Muy bien, lo hare - Afirma el joven - ¿Pero por que, Padre? - Pregunta consternado
- Porque ese niño, es el dios que renacerá entre los humanos - Agacha la vista - Nos salvara si lo deseamos y damos razón - Voltea la vista a su hijo - ... o nos destruirá si sucede lo contrario
Pasaron los días y con ellos los meses y el rey cayó enfermo en cama, el joven príncipe a pocos días de su boda con una joven de largo y hermoso cabello rizado dorado, hija de un gran y poderoso señor. Un día Paseando por los jardines la joven pregunto a su futuro esposo
- ¿Cree usted que su majestad mejore para el día de nuestra boda? - Pregunta preocupada
- Eso espero Tamaya'san - Dice preocupado el joven príncipe
- No era mi intención agobiarle Takeshi'san - Responde la joven al ver su reacción
- Vayamos a ver que tal sigue - Exclama el joven príncipe tendiendo su mano a la joven
En ese mismo momento en la habitación del rey, un Cuarto de grandes paredes con grabados en oro y hermosos relieves esculpidos en cerámica, al lado derecho un gran ventanal cubierto por dos grandes y oscuras cortinas de color rojo con borde dorado, en el centro de la habitación una gran cama elevada y cubierta por una larga colcha roja con borde dorado, postrado al centro de la cama yace el Viejo rey deteriorado murmurando entre sueños quejándose de los insoportables dolores que le invaden
- Descansa tranquilo, aun no es tiempo - Murmura al oído del rey un joven niño tocando suavemente el hombro del viejo
Se escuchan pasos y voces un poco lejos de la habitación
- Es hora de irse - Murmura mientras se quita una pulsera de aspecto llamativo que lleva en su muñeca derecha - Ten un regalo - Dice con una sonrisa dejando sobre su pecho la pulsera - Se que me la regresaras en su momento - Murmura desapareciendo entre las sombras
Pocos segundos después entra por la puerta, el joven príncipe y su prometida entran a la habitación, el rey quien antes yacía tirado enfermo hace apenas pocas horas ahora se veía muy bien sentado en sus aposentos mirando hacia el horizonte, el príncipe y su prometida sorprendidos ante lo que ven frente a sus ojos se acercan a el
- Padre, estas mejor - Exclama sin poder ocultar su asombro
- Así es hijo mío - Exclama el rey - Acércate para que pueda darte un abrazo
- Si, padre - Dice el joven acercándose al rey quien lo abraza con gusto
- ¿Como es posible? - Pregunta sorprendida la futura nuera
- ¿Como paso? - Pregunta el príncipe también
- Ni yo mismo lo se - Exclama el rey sosteniendo entre sus manos las pulsera que fue dejada en su pecho - Supongo el lo quiso así
- ¿"El"? - Pregunta el príncipe confundido
- ... - El rey solo guardo silencio
Los días pasaron rápidamente después de la milagrosa recuperación del rey y el día tan esperado por fin se vio a la vuelta de la esquina.
- Falta muy poco Tamaya'sama - exclama una de las concubinas emocionadas
- Si, estoy esperándolo con ansias - Contesta la algo ruborizada la chica
- Animo Tamaya'sama El vestido le queda precioso - dice una de las sirvientas alentándola
- Si, ahora a esperar el gran día - vuelve a decir la misma concubina del principio
En ese mismo momento en el salón del trono el rey le dirige unas palabras al joven príncipe quien esta por casarse
- Se acerca el día...Hijo - Dice el rey mirando a su hijo
- Si, Pronto estaremos casados Tamaya'san y Yo - Dice de forma seria el príncipe
- Conoces nuestra carga hijo, llévala con honor - Termina por decir el rey
- Si - Afirma el príncipe mientras se marcha por el pasillo que da a los jardines
Los días pasaron de manera rápida hasta que el gran día de la boda se hizo presente, con todos los preparativos listos y todo el personal en sus respectivos puestos la boda se celebro sin demora en la hermosa y amplia capilla ubicada en uno de los más grandes jardines. La novia vestía un hermoso vestido largo de color blanco con olanes azulados en los bordes y un largo velo opaco que cubría su cara, el novio vestía un traje de color blanco perlado y el rey vestía con su típica túnica real.
Pasaron los días, los meses e incluso los años el príncipe subió al trono tomando el lugar del viejo rey quien a sus tantos años se retiro y dedico a consentir a sus pequeños nietos. El príncipe Takeshi ahora el rey junto con su amada y hermosa esposa tuvo tres niños como había sido previsto de antemano. El primer hijo de nombre Eliot ya de nueve años tenia ojos color esmeralda y cabello azulado poseía una personalidad amable y una seguridad en si mismo inquebrantable, el segundo hijo de nombre Lysandro de apenas siete años tenia ojos color grisáceos y cabello un poco mas largo de color castaño claro con destellos rubios poseía un personalidad un poco mas reservada pero de igual manera que su hermano era muy seguro de si mismo y por ultimo el tercer hijo de nombre Hazuki de apenas cinco años con grandes ojos color ámbar y cabello rubio tan claro que daba tonos plateados era en contraste el mas reservado y apegado a sus padres.
-Eliot, Lysandro, Hazuki es hora de comer- grito su madre con voz dulce
-Supongo solo fue un sueño de mi padre- pensaba Takeshi al ver a sus tres hijos
Con el pasar del tiempo las palabras que había dicho el rey anterior su padre, se fueron quedando al olvido poco a poco.
Los días pasaron felizmente y el viejo rey parecía más preocupado al quedar solo en su habitación con cada día siguiente al pasar, los días siguieron pasando tranquilamente y poco tiempo después el rey callo en cama nuevamente enfermo más no de gravedad.
-Padre, ¿estas bien? - pregunto Takeshi preocupado por la salud de su viejo padre
-Si, no es nada grave - Contesto a su hijo con calma - Vamos no es momento de que te preocupes por mi - exclamaba el viejo en tono bromista
-Pero que dices, padre tu salud... - dice el hijo cuando es interrumpido
-Solo necesito descansar es todo - terminó por decir mostrando una sonrisa a su hijo
-De acuerdo, descansa - dice rindiéndose Takeshi
Una vez que el rey se quedo solo en su habitación, se inclino un poco y recorrió hacia afuera un pequeño cajón de su buro derecho del cual saco la pulsera que aquel niño misterioso le había dejado en el pecho la ultima vez
-Supongo vendrá a conversar - Pensó el viejo sosteniéndola fuertemente entre sus viejas manos
Se recostó y aun sosteniendo la pulsera en sus manos se quedo profundamente dormido, de la nada en la habitación vacía a excepción del viejo rey anterior a su hijo apareció nuevamente el niño.
-Me llamaste esta vez, eh- exclama el niño en murmullos viendo al rey quien recién despierta
-Creo que es el momento de regresártela - le dice el viejo mientras estira su brazo y en su mano sosteniendo la pulsera
-hum hu - sacude su cabeza en forma de negación - aun no es tiempo, consérvala un poco mas
-¿Estas seguro? - pregunto sorprendido y por acto reflejo
-Si, Tu y esa persona que espero son los únicos que pueden conservarla - exclama con gesto de satisfacción en el rostro
-Espero nuestro próximo encuentro - dijo el viejo al niño
-Yo también - dice volteando la vista y sonriéndole dulcemente antes de desaparecer nuevamente
"¿Que sucederá a continuación? ¿Que les depara el destino a nuestros queridos amigos ?..."